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mjmartinez

CABLEADOS Y CABREADOS

Estamos en el siglo XXI y las tecnologías de la información y la comunicación pasan por el CABLE. Muchos se preguntarán que de qué se trata y, lo cierto, es que son muchos los ciudadanos de a pie que no han recibido una información concreta y explícita acerca de lo que este soporte significa.
Todos recordamos bombardeos publicitarios que anunciaban una “revolución”. La revolución. Pero al margen de esto, no todos “se quedaron con la copla”.
Empezaremos explicando que el servicio de telecomunicaciones por cable, en principio, plantea las siguientes ventajas entre otras: televisión con múltiples opciones (interactividad, televisión digital, gran diversidad de canales...), telefonía, Internet de banda ancha...y todo en UNO.
Pero, ¿en qué consiste exactamente el cable?. Técnicamente podemos decir que, según Ferran González i Feliubadaló, el cable es “la tercera gran revolución: las redes integradas de fibra óptica y cable coaxial (HFC). Una infraestructuctura necesaria para cualquier sociedad que quiera avanzar en educación, cultura, información, trabajo y ocio. Una red HFC es una red que combina la fibra óptica con el cable coaxial. Dispone de un ancho de banda que permite la circulación simultánea (en ambos sentidos) de un elevado número de cadenas de TV, imágenes, sonidos y millones de bits de información.”
Pero no todo es color de rosa; todavía queda mucho por recorrer, pues la política, los números y las incomodidades de su instalación parecen no favorecer al cable. Y mientras, “tirar por la calle de en medio” resulta más rentable; nos referimos por ejemplo al ADSL (Asimetric Digital Suscribe Line).
En España, el servicio de telecomunicaciones por cable se organizó en demarcaciones territoriales. En cada demarcación territorial, se estableció un solo operador de cable.
En Andalucía los operadores son dos: ONO, que abarca las provincias de Cádiz y Huelva, y AUNA, que opera en el resto de la comunidad autónoma. En los últimos tiempos se habla de una posible fusión y de que AUNA absorba ONO para hacerse así con el monopolio del cable en Andalucía.
Nuevamente será el tiempo quien nos diga si estamos ante la revolución más absoluta de las telecomunicaciones y si el cable será el “pan nuestro de cada día”. El teléfono tardó 70 años en llegar a 60 millones de usuarios y hoy, no podríamos vivir sin él.

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